¿Cómo debemos
movernos en el Tiempo de Dios y dónde él nos dejó?
Ese lugar, se llame
como se llame y estén los que estén, es la Voluntad de Dios,
es dónde deberemos vivir, movernos y hacer hasta que Dios nos venga
a buscar para llevarnos hacía otro lugar de su voluntad.
Allí estaremos por
un Tiempo que puede coincidir o no, con el de otro u otros.
Podemos estar dentro
de una familia, con nuestros familiares y ellos estar dentro de un
tiempo y nosotros en otro; ellos tener toda la libertad de entrar y
salir de muchos lugares y nosotros solo de permanecer en Uno.
Ese lugar se puede llamar de muchas maneras, puede ser mi lugar de trabajo, mi desierto, mi ciudad, etc, pero para mi es el lugar de su voluntad.
Ahora ¿esto puede ser un castigo? ¿Quedarme ahí?
Aunque a veces para algunos lo fue, como en el caso que
narraré luego, si yo estoy dentro de la voluntad de Dios para mí no
lo será.
Sucedió
en 1 reyes 2:36-38 que Simei es castigado al encierro
por Salomón.
En 2 Samuel 16:
5-13 vemos qué había hecho Simei con el rey David, cuando éste
huía de su hijo Absalón, como le había lanzado piedras
maldiciéndolo.
Por esta causa, cuando el rey Salomón afirma su
reino lo sentenció a quedar recluso en su casa en Jerusalén y no
salir de sus límites hacía ningún lado ni por ninguna razón,
pasados tres años y debido a unos siervos que se le habían escapado
a Simei, éste olvidándose del juramente que había hecho delante
del rey de obedecer la reclusión, salió y pago con su vida así
como había quedado declarado.
Así podemos ver que en algunos casos, el Señor disciplina a sus hijos dejándolos en un lugar, por ciertos tipos de desobediencias, nos determina un lugar, nos limita.
Yo debo entender que estoy disciplinada. La disciplina es formación.
Otras veces nos pone en un lugar para trabajar con nosotros, como en el
caso del rey
David, éste fue llevado por Dios al desierto y dejado ahí para su
formación ( no a una Universidad Teológica)
Te invito a ir a San Juan 7: 1-9 y veamos que:
En el versículo
1 Jesús sabía donde se podía mover, y dónde no podía ir.
El andaba por
Galilea pero no en Judea, porque allí estaban quienes lo querían
matar.
Aunque Jesús sabía
que no podrían matarlo porque no había llegado su hora y el Padre
no lo permitiría, aún así Jesús no se movía tentando,
desafiando, o desobedeciendo la voluntad de Dios.
La presencia de esa
amenaza le marcaba que allí no debía andar, sea quién él fuese.
Así debemos
nosotros conducirnos, pues a veces no son asesinos de la carne pero
sí de nuestro espíritu, de nuestra comunión con Dios, llevándonos
a profanar lo santo de Dios en nosotros.
Siguiendo con el
versículo 2 se destaca el tiempo: estaba cerca la Fiesta de
las enramadas. Deuteronomio 16:13-15 Todavía estaban en la
fiesta de las cosechas, no
había llegado, estaba
acercándose la Fiesta de las enramadas, la que abría una nueva temporada, la temporada de
la Alegría, del Gozo.
Esclesiastés 3
Nos enseña
que hay un tiempo para todo, no un horario.
Los horarios son para nosotros, pero en Dios hay tiempos, temporadas,
y ciclos.
Esclesiastés 3:4
“Un tiempo para llorar, y un
tiempo para alegrarnos, reír, gozar.”
Versículo 3-
Así que sus hermanos, guiados por este tiempo humano, le dicen:
Debes (obligatoriamente, es necesario) que vayas a Judea,
donde según el Tiempo de Dios no le estaba permitido.
¿Cuál
era la señal?
Los asesinos que lo buscaban.
¿Cuál
sería para nosotros una señal? Por ejemplo el
pecado que nos
asedia, los burladores que nos
escarnecen, las tentaciones,
etc. Sin el permiso de Dios
de movernos del lugar, sea grande o pequeño, sea natural o
espiritual, sería cómo entregar al enemigo la ocasión de matarnos,
o hacernos desviar de la voluntad de Dios.
¡Ellos
pretendían saber qué
debía hacer y dónde debía ir Jesús.!
Muchos
que nos rodean a veces sin querer hacernos mal y otros
intencionalmente para dañarnos, para llevarnos fuera de la voluntad
de Dios, tratan de inducirnos, con apariencia de inteligencia y conocimiento a
dejar el lugar de la Voluntad de Dios e ir
hacía el lugar donde podríamos ser muertos, ¡pongamos
atención en ello!
La
piadosa excusa de sus
consejos,
aparentemente interesados en su Obra, era: - ¡A fin de que los que
creen en ti, tus seguidores, vean que tus Obras son Grandes!!
¡Porque según los criterios humanos cuando uno quiere ser
conocido por todos hace todo abiertamente!
- Es que la incredulidad de ellos hacia Jesús les impedía ver quién era Jesús y porqué Jesús se movía de tal manera, ellos no entendían porqué
si él hacía tan grandes obras y lo seguían, andaba como un
fugitivo, escondiéndose y tratando de que sus milagros pasen
inadvertidos.
-Ellos pensaban que Jesús fingía una falsa humildad, y que en
realidad buscaba la fama, que todos los hombres buscan: ¡Ser
conocidos por todo el mundo!
-Para los hermanos de Jesús era el mejor momento de darse a conocer,
pues era una fiesta dónde estaría Todo el Mundo!
La presencia de muchos judíos a causa de la Fiesta de las Semanas
(Pentecostés, Hechos 2:1) en Jerusalén, fue el “tiempo de Dios”
para dar a luz a la Iglesia con el derramamiento del Espíritu Santo,
más de 3000 personas se unieron a Cristo en un día.
Tu obediencia, aunque muchos vengan con aparente lógica y
sabiduría para moverte hacía dónde no te está permitido ir o
para sacarte del Tiempo de Dios sobre tu vida, te introducirá a
un Nuevo Tiempo de Gozo en una Nueva Voluntad de Dios!
Jesús les responde: - ¡todavía no ha llegado mi hora!
Tal
vez influenciados por su madre, María (San Juan 2:4 )
ellos la imitaron tratando de decirle lo qué
hacer.
Nadie que no esté en el mismo Espíritu y discerniendo maduramente
el tiempo en el cual estamos puede aconsejarnos, o decirnos a dónde
ir o que hacer, más que él Espíritu de Dios, a él debemos oír,
estar atentos a su consejo, por eso el Padre mismo nos habla por su
Palabra, y en su Palabra.
En
el versículo 6-
Jesús les respondió que
ellos sí podían ir a la Fiesta en Judea, pues
para ellos no había
impedimentos (estaban en su tiempo y lugar )
pero que él no subiría, pues era a él a quien no
recibían bien ya que su vida, marcaba la mala conducta de ellos.
Jesús
no solo estaba dentro del tiempo conociendo los lugares dónde le
estaba permitido por el Espíritu ir, sino que también sabía lo que
debía hacer, él hacía ver
lo que era incorrecto de lo aparentemente, correcto.
Él
vino a enderezar las sendas torcidas y a establecer un camino
perfecto. Pues la voluntad de Dios es Justa, recta y perfecta.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, si estamos en el
tiempo de Dios dentro de la misma, nada te será para muerte, nada podrá hacerte desistir, o abatir.
Nadie podrá confrontar la Verdad en ti, nadie podrá impedir que la
Gloria de Dios se manifieste como se manifestó al tiempo preciso
sobre el Señor Jesús.
En el versículo 8 Jesús dice resueltamente: -Vayan ustedes
pero yo no iré.
Esa debe ser nuestra actitud cuando sabemos que es lo que Dios quiere
de nosotros y dónde nos quiere en su debido tiempo.
Te dejó una gran pregunta para que la puedas responder junto a su
Santo Espíritu
¿Estás en el lugar correcto, dónde Dios volverá a buscarte para
ser él mismo, quien te lleve hacia otra nueva temporada, y tal vez en otro
lugar?
Dios te bendiga!
Pastora Sara Olguín.
Sierva de Dios, gracias por escribir esta palabra, para mí es una palabra precisa y justa, entiendo que es una palabra de sabiduría que me instruye a entender y ser sabio en los tiempos, muchas gracias porque me hace entender, me hace examinar acerca de donde estoy para tener "temor de Dios" y esperar en la voluntad de Dios entendiendo sus señales. Que Dios te añada más Pastora Sara Olguín.
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