¡NO ABANDONADOS NI ABANDONANDO!

 

Cuando en cualquier movimiento de cualquier género, apresan o detienen al que los iba dirigiendo, a la persona en quién iban poniendo su esperanza conforme a aquello con lo que se identificaban, lo más común es la dispersión de los seguidores, y que muchos huyan y se escondan.

Por eso siempre se busca al Cabecilla. 

Se apunta a la cabeza y el resto queda sin metas.

Y “cuando no hay metas no hay vida”

En todas las historias de las naciones para su conquista, en las revoluciones para la liberación de los pueblos, etc, vemos que la manera de acallarlos es quitarles a su líde. Por eso la Palabra viendo por el resto, es decir los que son conducidos, y  no solo por el Pastor les pide que oren a fin de que no pierdan la Guía que Dios les dio en dónde ellos viven.

Jesús había producido un rotundo cambio en los corazones de todos los que lo seguían, lo amaban y creían en Él.

Era tal el entusiasmo que sus seguidores no entendían cuando él les decía que ERA NECESARIO que el Fuera CRUCIFICADO..

Es que sin Muerte no hay Resurrección y el fin del propósito del Hijo del Hombre era RESUCITAR!

Ellos se sentían cada día junto a Él más fuertes, más seguros y en esos tres años muchos esperaban de Jesús fuese quien los quitara de bajo el yugo del imperio Romano, así que cuando los acontecimientos se produjeron hacia su crucifixión, Jesús fue arrestado y ellos huyeron, el pánico los invadió, borrándose de la vista de todos, menos uno.

Marcos 14:50

50 -Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron. 51 -Pero un joven lo seguía, cubierto sólo con una sábana. A éste lo agarraron, 52- pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

¡Tremendo Hermanos! Todos huyeron, cuando le quitaron al que encabezaba ese gran movimiento que celaban los fariseos (Juan 11:47-53)

Desde entonces esa es la estrategia del diablo y de los hombres para disolver todo grupo o movimiento a su entender sedicioso, o que moleste a quien esté en gobierno (sea nación, ciudad, iglesias, etc)

En el versículo 51, dice Pero.

Todos habían huido pero de quien menos se podía esperar, de un joven, éste lo siguió.

A pesar que estaba cubierto sólo con una sábana.

Para seguir a Jesús en lealtad y fidelidad y hasta las últimas consecuencias, muchos necesitamos tener por ejemplo, armonía en casa, una estabilidad económica, la simpatía de muchos, el favor de la iglesia… etc.

Este joven solo tenía una sábana, y por la misma sábana, representando la fragilidad, la vulnerabilidad de sus fuerza, su defensa, ¡logro escapar de sus manos!

Ese joven, casi adolescente según algunos estudiosos fue Juan Marcos, el mismo que escribió el evangelio llamado por su Nombre. 

Pero ¿quién pudo haber permitido que escapara de entre las manos, de esa gente armada que había venido a buscar a Jesús, sino nada menos que Dios?

“Dios preserva a los que son suyos”, ¡Aleluya!

“Aunque cuentes con poca fuerza ¡No Temas! “

Si estás llamado a dar testimonio de él en estos últimos tiempos, Dios mismo te preservará, te guardará del mal, protegerá tu vida y te sostendrá!!!”

Entonces veamos cómo evolucionó la Iglesia en el tiempo de los Apóstoles y qué aprendió de todo aquello a lo que sobrevivieron muchos de ellos.

Veamos en Hechos 12:3a

… procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.

4 -Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.

5 -Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

¿Será una casualidad que el mismo discípulo que huyó, y negó a Jesús la noche en que fue arrestado, estaba ahora pasando por una misma situación?

Arrestado y llevado a la cárcel, fuertemente custodiado, sin dejarle avisar a nadie y con toda su imaginación abierta a lo que seguramente sería su fin. Pero este no era el mismo Pedro que aquel, este no huyó.

Ahora su corazón estaba firme,  ante el hecho de que pudiera dar su vida por Jesús, y con toda mansedumbre se dejó llevar, y durmió tranquilamente entre aquellos soldados bien preparados para matarle si intentaba huir. 

No Pedro ya no huiría, Pedro se recordaba bien las palabras de su Señor en Juan 21:18 y 19.

Pero ¿Sus discípulos, aquellos que miraban a Pedro, y a Santiago que fue muerto a espada, y a los demás apóstoles, cómo estaban? ¿Cómo habían reaccionado? ¿Se habían dispersado? ¿Los habían abandonado? ¿Habían negado conocer a Jesús?

Hechos 12:5b…

Pero la Iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él….

Que tremendamente importante e impactante es esta imagen que nos dejó el Espíritu Santo de una Iglesia madre, madura, que está cubierta, no ya por una sábana como aquel jovencito, sino por un Cristo, un Esposo, un Protector, un Refugio!!!

Una Iglesia cuyo amparo es el Dios de Israel, es el Cristo de la Gloria, el que murió pero resucitó para no abandonarla nunca, y estar con ella para siempre ¡Aleluya!

Dice entonces este versículo que la Iglesia ahora, habiendo sido enseñada por el sufrimiento de aquellos discípulos, sabía qué hacer.

No estaba acobardada, o encerrada a oscuras, estaba activa.

-Estaba en acción, dice que “hacia” oración del verbo hacer.

NO estaba con las manos cruzadas sino con las rodillas dobladas, implorando al único que podía ver, saber que pasaba con su Apóstol y que lo LIBERARA.

-Hacía Oración, sin cesar.

Sin dejarse interrumpir por nada. Ni por las cosas cotidianas, ni por el temor, ni por el acecho de los denunciantes, o por enemigos, ni de los síntomas de enfermedades, hambre, frio o calor, disturbios familiares, traiciones, ¡nada!

-Sus oraciones eran a Dios.

NO a Herodes, no a los influyentes, no a su propio oído, sino al Dios y Cristo Poderoso y resucitado.

-Por Pedro.

Estaba enfocada. Era una iglesia que estaba en unanimidad, en una misma visión:

Liberar a su Apóstol Pedro.

NO podían hacerlo por la fuerza, no podían ir a amigos influyentes, no podían huir de esta responsabilidad, estaban todos juntos en lo mismo.

-NO huyeron.

No abandonaron a la Fe ni al Siervo de Dios, no buscaron otra cobertura, sino que buscaron a Dios y comenzaron a hacer lo que fue llamada a hacer la Iglesia: Oraciones, rogativas, y súplicas para que la Unción de Liberación liberte a los presos, a los que fueron llevados a cárceles mentales, emocionales, espirituales.

Oraciones para que sus Pastores sean libertados de todo complot para quitarlos de delante de sus rebaños y así desamparar a las ovejas del Señor.

Una Iglesia que es de acción, incesante e intercesora obtiene audiencia ante Dios y el envió del socorro a través de sus ángeles.

Dice que un solo ángel fue, y buscó a Pedro, y lo guió paso por paso en medio de toda esa prisión diabólica hasta sacarlo a lugares espaciosos donde él entendió de lo que se trataba y fue rápidamente en busca del lugar donde estaba, ¿Quien? ¡La iglesia, aleluya!

“Es necesario que la Iglesia no se mueva de donde Dios la puso a fin de ser hallada por los que van a ser liberados de toda cárcel, soltados de toda esclavitud.”

Isaías 49:8 y 9 (TLA)

8- Dios les dijo a los israelitas: «Cuando llegó el momento de mostrarles mi bondad, fui bondadoso con ustedes; cuando necesitaron salvación, yo les di libertad. Yo los formé para que fueran una bendición para otros pueblos.

Por eso ustedes, israelitas, volverán a ocupar las tierras que sus enemigos destruyeron,

y reconstruirán el país.

9 -Ustedes les dirán a los presos: “¡Quedan en libertad!”, y a los que viven en la oscuridad:

“¡Salgan a la luz!”

Dios te bendiga

Pastora Sara Olguín. 10/01/2021