La biblia nos habla de dos hermanos, que siempre estaban juntos, y trabajando juntos fueron llamados por Jesús.
Estos eran, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo.Marcos 3:17
a Jacobo, el hijo de Zebedeo, y a Juan el hermano de Jacobo, a quienes puso por sobrenombre Boanerges, es decir, Hijos del trueno.
Jesús los llama sus apóstoles, los separó y juntó, con los otros diez.
Particularmente cuando lo hace, los llama a ambos Hijos del Trueno.
No les cambio el nombre como estamos acostumbrados a ver en las Escrituras, sino que acentúo una identidad en ellos.
Es decir, esto habla de una Paternidad, pues les dice Hijos, y de una característica especial, “del Trueno”, su Padre.
Ahora bien, a qué padre se refiere, a Zebedeo o a Dios.
Curiosamente, el trueno, dicen quienes estudian los fenómenos climáticos, es el sonido del rayo.
El rayo provoca un calentamiento muy brusco del canal de aire por el que pasa, y dicho de una manera muy sencilla, este choque tan violento es el que genera la onda sonora, que llaman: trueno. El rayo es el origen del relámpago y del trueno.
¿Qué pasa si aplicamos esto a Juan y a Jacob, y al por qué Jesús los identificó con ese nombre, llamándoles Hijos del... Trueno?
El padre natural de ellos, Zebedeo cuyo nombre significa “Dado a Dios” era un hombre de mar y de negocios.
Pescador, esposo de María Salomé, y quien estaría, tal vez, orgulloso por toda su vida, ordenada, una esposa santa, hijos trabajadores, un hogar en paz, y de repente sus hijos abandonan esa vida de bienestar y pacífica, para seguir a Jesús.
Uno puede imaginar que la reacción del padre de Jacobo y Juan fuera irascible, que tal vez su padre era de un carácter fuerte, iracundo, y por eso fueron apodados así por Jesús, pero las Escrituras no hace mención de esto, así que yo creo que mas bien es por quienes serían ambos en el reino de Dios, y para el reino de Dios, aunque todavía no estaban pulidos, o limpiados, o mejor dicho transformados, pero sigamos viéndolo juntos...
La Palabra nos describe la Voz de Dios, en el Salmo 29 : 3 al 11 (Leer todo por favor)
Habla de que la Voz de nuestro Dios, es como el Trueno, mientras que no se hace mención específicamente de la voz de Zebedeo.
Salmo 29: 3- Voz de Jehová sobre las aguas; Truena el Dios de gloria
Y en Lucas 9: 54
54-Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? 55- Él se dio vuelta y los reprendió
Hasta aquí habían pasado casi tres años en el ministerio de Jesús, y estando próxima la partida de Jesús, se supone que estos dos discípulos, algo habrían sido transformados o cambiados por andar junto a Jesús, sin embargo sucede este hecho, en el cual manifiestan que aún estaban crudos, les faltaba cocción por así decirlo, debían ser aún más trabajados, lo que acontecerá con la venida del Espíritu Santo a sus vidas.
Ahora esa reacción era una actitud intempestiva que procedía de andar en un espíritu errado.
Jesús les había declarado su identidad, pero todavía no se habían alineado al Espíritu del Padre.Lucas 9: 55- Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois
Notemos que dice: Jesús volviéndose a él.
No dice a ellos. ¿A quién de los dos se dirigió? ¿Cuál de los dos fue quién actúo según ese espíritu de represalia, o de impiedad?
En Lucas 9:54 dice que Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan dijeron. Los dos hablaron a la vez, pero Jesús identificó a uno de ellos.
A veces cuando andamos tan junto a alguna persona, parece o nos toman que somos iguales, en la forma de pensar, o actuar pues, repetimos maneras, tomamos las mismas actitudes, y hablamos con las mismas palabras, hasta llegamos a vestirnos con el mismo estilo o color, ¿no has notado algo así en aquellos que andan siempre juntos?
Amós 3:3 dice “Si dos personas andan juntas, es porque están de acuerdo.”
Así que aquí Jacobo y Juan andaban juntos, no solo por ser hermanos, sino porque estaban de acuerdo, en todo lo que hacían como en lo que decían.
Cuando dos personas quiebran ese acuerdo es porque alguna de ellas ya no puede hablar u hacer lo mismo que la otra.
Estos hermanos andaban en el mismo espíritu y no era aquel que Jesús les manifestó en el versículo 56. (Lucas 9:56-porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.)
¿Qué había pasado o que pasaba en ellos?
Nos cuenta la Palabra, de Elías, sobre cómo a causa de su temor actúo con un espíritu parecido al de ellos.
2 reyes 1: 9-16 (leerlo todo)
10- Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta.
Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta.
El Espíritu de Jesús es Manso, pacífico, perdonador, y de Salvación.
Jesús les enseñaba a perdonar a sus enemigos, a dar la otra mejilla, a bendecir a los que los maldecían, pero no solo les enseñaba sino que lo veían hacer así.
En Marcos 10: 35-37
Vemos otra vez, la manifestación del mismo carácter de estos hermanos, acompañados en ello por su madre María Salomé, la cual parece estar de acuerdo a tal petición, petición que trae el enojo del resto de los diez discípulos, al notar todos ellos, el descarado orgullo en la petición.
¡¡No sabían lo que pedían!!
Puedes estar años en Cristo, y no entender al Espíritu de Dios, cómo es el corazón de Dios, que no quiere que nadie muera sino que procedan al arrepentimiento.
Puedes estar con Él y conservar una actitud soberbia, e iracunda. Pretenciosa, y sin compasión.Pero algo ocurrió tanto en Juan como en su hermano Jacobo.
Así como ambos presenciaron un día la Transfiguración de Jesús (Lucas 9:28) también ellos fueron transfigurándose, para llegar a ser aquellos que Jesús llamó "Hijos del Trueno"
Juan fue el único de los apóstoles que se encontraba en el Calvario cuando crucificaron a Jesús.
Él escuchó y recibió, las impresionantes palabras que le dirigió Jesús, desde lo alto de la cruz:
- "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Juan 19: 26).
Entre los momentos particulares que el Maestro reservó a Juan, recordemos que en la última Cena le dejó reclinar la cabeza sobre su costado. Y fue él mismo, quien comprobó que el sepulcro estaba vacío en la misma mañana de la Resurrección (Juan 20, 1-10).
Luego vemos a Santiago ya en Hechos de los apóstoles dar su vida por Jesús, en
Hechos 12:2 - A Jacobo, hermano de Juan, lo mató a filo de espada.
Cuando Jesús los llama como sus apóstoles, les marcó su identidad y de quién eran verdaderamente Hijos, y verdaderamente lo llegaron a ser.
La voz de Dios sonó en la voz de Santiago, quien le predicó con pasión impetuosa en toda la península Ibérica.
¡Santiago fue la Voz impetuosa de Dios pero llena de misericordia por el pecador!
Y Juan fue la Voz de Dios clara y precisa anunciándonos los hechos que vendrían con el advenimiento del Señor, como nos hablaba el Salmo 29: 3-11.
Me impresiona y llena de emoción ver a hombres siendo marcados por la Palabra, y bajo ella misma ser poderosamente transformados en quienes Dios pensó.
¿Cómo piensas que te llamó Dios cuando te vio?
¡Aleluya!Porque serás en ÉL, ése mismo, mostrando tu verdadera identidad y filialidad con Él. ¡Dios y Padre Nuestro! No importa si aún se sorprenden porque no vas en sintonía con el Espíritu de Dios, con el Espíritu manso de nuestro Señor, con su misericordia hacia los que no merecen más que lo que nosotros merecíamos, pero que Dios quiere alcanzar con su redención como nos alcanzó a nosotros, así que no desmayes ni bajes tus brazos, sino acércate a Jesús, confiesa tu carnalidad, tu ímpetu fuera del causa de su Espíritu y ora, pidiéndole que siga trabajándote para que seas aquel como él te llamó. Amen!!
¡Dios te Bendiga!
P Sara Olguín
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Dios te bendiga con su Abundancia!