EnTRADA DESTACADA
LA FE DE QUIEN OYE.
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Hebreos 11:1 “es pues la fe, la certeza de lo que se espera; la convicción de lo que no se ve”
Romanos 10:17 “así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”
• La Fe es (existe, verbo SER) por el oír, no por el escuchar.
Podemos escuchar con nuestro sentido auditivo natural, pero se OYE con el oído espiritual.
El oído espiritual se despierta o existe por causa de la palabra de Dios.
Jesús decía en los evangelios Mateo 11:15; Mateo 13:9; Marcos 4:9; Lucas 8:8
“ El que tenga oídos para oír, oiga” y en Apocalipsis 3:6 “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Podían estar oyendo pero no oír al Espíritu que habla a su Iglesia.
Es el Espíritu de la Palabra de Dios quién habla, a nuestro espíritu, a través de nuestro oído espiritual.
La Palabra de Dios es Espíritu.
Isaías 61:1 El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, porque me ha ungido el SEÑOR para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros ( Lucas 4: 18)
No podemos hacer nada sin el Espíritu.
Las obras que hagamos sin él, no tienen valor delante de Dios, para ello debemos hacerlo con la Palabra porque ella tiene al Espíritu.
La palabra nos habla y oímos con fe, y por fe hacemos ¡ aleluya!
• Oír con fe, lo produce la palabra que prepara al oído para esto.
El hombre confunde la fe, con el conocimiento, el saber, y aún el escuchar.
La fe es necesaria para escuchar a Dios, nunca oiremos su Voz sino no hay fe en nosotros para oír.
El hombre natural no posee esta fe, pues acabamos de ver en Romanos 10:17 que la fe existe cuando nuestro oído, oye a causa de haber sido despertado por la palabra de Dios, ¿Quién es la palabra de Dios? El verbo, el Cristo, Jesús.
• ¿Cómo hacemos para oír a Jesús, a Dios hablándonos? Escuchando su Palabra. Solo la palabra da vida a nuestro oído espiritual. ¡amen!
San Juan 10:27 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen”
Las ovejas tienen dos características:
1- reconocen la necesidad de un Pastor.
2- tienen la humildad de seguirle.
3- son sumisas.
La palabra de Dios, la Voz de Dios, nos pastorea, nos conduce y nos gobierna.
• Cuando nuestro oído esté sano, abierto: seremos pastoreados, guiados y gobernados por su Palabra, dentro del REBAÑO, y no fuera del mismo.
A las ovejas que andan sueltas, como cabras Dios le dice: ¡cuidaos de lo que oís!
Marcos 4:24 “También les decía: Cuidaos de lo que oís. Con la medida con que midáis, se os medirá, y aún más se os dará.…”
• Podemos escuchar mucho y oír poco, es decir podemos escuchar mal.
• Podemos tener sordera espiritual, o estar bloqueado nuestro oído, para oír.
• De todas maneras un oído enfermo afecta el habla y la comprensión de una persona, y lo deja aislado.
Así nos encontró Dios, así tal vez estén todavía algunos entre nosotros, con los oídos enfermos, o cerrados. Quién aún no puede hablar las maravillas de Dios, quién aún no puede hablar con su Padre, quien vive aislado de Dios, necesita el suspiro de Dios en sus oídos: Effatá!!!
Marcos 7: 34 “y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo: ¡Effatá!, esto es: ¡Ábrete!”
• La iglesia necesita tener ¡oídos sanos!
• La iglesia necesita oír la Voz del Espíritu y así repetir lo que el Espíritu le dice a la amada.
• La Iglesia necesita tener comunión con Dios, su amado, su Padre. Pero ¿cómo oirá si tiene sus oídos cerrados? ¿cómo hablara si es MUDA?
¿Qué cosas cierran nuestros oídos?
• Podemos tener los oídos cerrados, por no ser nacidos de nuevo, por el Espíritu incorruptible de su palabra. San Juan 1:12-13
• Pueden haberse cerrado o bloqueado nuestros oídos por: las malas conversaciones.
1 Corintios 15: 33 “No os dejéis engañar: ``Las malas compañías corrompe las buenas costumbres.”
Al corrompernos nos separamos de Dios, y apagamos su Espíritu y dejamos de oír su voz.
• El engrosamiento de nuestro oído, también nos puede bloquear o impedir oír a Dios.
Jeremías 5: 27 y 28a “Han engordado y se han puesto lustrosos…”
La abundancia de bendición, te puede llevar a alejarte de tu Dios y Salvador.
• Una enfermedad física puede bloquearlos.
• Una enfermedad espiritual: espíritus de mentira en la boca, una lengua mentirosa, chismosa, murmuradora, detractora puede cerrar nuestros oídos, porque el pecado aparta la voz de Dios.
Santiago 3:5 “Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!
1 Pedro 3: 9 “no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. 10-Pues EL QUE QUIERE AMAR LA VIDA Y VER DIAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS NO HABLEN ENGAÑO. 11-APARTESE DEL MAL Y HAGA EL BIEN; BUSQUE LA PAZ Y SIGALA”
Y todo esto ¿para qué?
• Para que tengamos Fe. Pues sin Fe es imposible agradar a Dios.
Hebreos 11:6 “Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan”
• Sin fe es imposible tener un buen testimonio.
Hechos 6:3 “Por tanto, hermanos, escoged de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes podamos encargar esta tarea.”
Pues es nuestro testimonio y no nuestra fe, lo que será visto por los hombres, y será luz que ilumine sus obras malas, a fin de que se arrepientan y sean salvos.
Por fe, dice que todos estos varones dejaron marcado un camino para los que no veían, ni oían, ni hablan conforme las maravillas de Dios.
• Si no tienes fe Fuerte, constante y sana no tendrás un buen testimonio para serle útil al REINO.
• Así que hoy oremos para que Dios nos dé una fe sana a partir de sanar nuestros oídos, nuestra lengua y nuestra fe.
• Dios quiere y busca hombres y mujeres de buen testimonio.
Hebreos 11: 39 “Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio MEDIANTE LA FE, no recibieron lo prometido…”
Empezó este capítulo con esta frase y así lo termina, aunque alcanzaron un buen testimonio, por la fe.
La fe no es para obtener lo prometido solamente ¡óyelo bien! sino más importante que eso, es Tu testimonio.
Lo que honra a Dios y a su reino es tu testimonio no el recibir lo que pides, lo que pides es para ti, tu recompensa, pero nosotros vivimos para darle a Dios lo que le pertenece.
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Dios te bendiga con su Abundancia!