¿POR QUÉ NOS SUCEDEN COSAS DESAGRADABLES?

¿Cómo entender algunas cosas que nos suceden a los hijos de Dios?

¿Cómo tomamos algunas situaciones por las que debemos pasar? ... Si nos suceden algunas cosas que nos desagradan emocionalmente decimos, “esto no era de Dios” o quizás, “no debe ser la voluntad de Dios lo que estoy haciendo" "Si Dios está conmigo, por qué me pasa esto?"

Entendemos con esto que , si nos suceden cosas o pasamos por momentos que nos gustan o satisfacen, sí es voluntad de Dios pero si nos provocan desagrado, rechazo, o nos sentimos mal entremezclando nuestros sentimientos con angustia entonces, no es la voluntad de Dios.

Pero ¿Todos los momentos o hechos por los que pasan los hijos de Dios, deben gratificar al alma, lo deben hacer sentir emocionalmente bien?

En la palabra de Dios, Hechos de los Apóstoles capítulo 3, encontramos lo que sucede cuando se produce un encuentro entre una persona necesitada y enferma, con dos siervos de Dios, llenos del Espíritu.

El necesitado clama a ellos por una necesidad material, pero obtiene lo que ya se había olvidado de pedir, su sanidad en las piernas... Pedro y Juan, se dirigían al templo como un día más, pero la diferencia estaba en “como iban” y dice la palabra que “iban llenos del Espíritu.”

La historia la conocemos, Pedro le responde a este hombre cojo de nacimiento, que no cuenta con oro ni con plata, pero sí con lo más preciado, con Jesús, quien tiene el poder para sacarlo del estado lamentable en el que estaba postrado, y en ese Nombre le dio la orden de caminar…

¡Y el milagro se produjo!

Dice que al instante las plantas de sus pies y sus tobillos fueron reforzados y, ayudado por ellos inició a caminar luego de 40 años... Y no solamente eso, sino que entró caminando con ellos al templo y en pocos segundos, también saltaba y alababa a Dios dándole gloria por su milagro...

Todo el pueblo congregado en el templo es testigo de estos hechos y reconoce el poder sobrenatural para obrar el milagro; pero, necesitan una explicación, por lo que Pedro les habla y les predica que el mismo Dios de sus padres, obrador de milagros, había sanado a este hombre.

Que no lo habían hecho ellos, sino Dios mismo, invocado por los que creen en Él, hizo tal grande maravilla, por lo que se arrepienten de sus pecados y se convierten!

Pero, mientras Pedro y Juan se encontraban en el templo, en un momento de gloria impresionante, llegan los sacerdotes, el capitán del templo, los saduceos y dice la palabra que llegan indignados, requiriendo explicaciones, por lo que los trasladan a rastras hasta la prisión en dónde pasan la noche.(Hechos 4:1-9)

Qué manera de finalizar el día... “Un buen día, de oración, de milagros, con personas convertidas dando gloria a Dios, y ahora en la cárcel, amenazados y a punto de ser encerrados en cárcel..."

Es interesante notar que, mientras los que los llevan a la cárcel son confundidos, dice la palabra que Pedro y Juan son fortalecidos en el Señor, y pueden posicionarse como hijos temerosos y obedientes a Dios, no a las situaciones, no al temor del hombre, sino al temor de Dios, no dejándose gobernar por estas amenazas o por la cárcel misma, sino por el Dios que tienen; mientras tanto, el pueblo iniciaba a glorificar a Dios por ser testigos de su poder.

Luego de recibir la amenaza de “no predicar más en el nombre de Jesús”, vuelven a la intimidad con “los suyos” con la iglesia, con sus hermanos.

• Quiero decirte que siempre que prediquemos a Jesús recibiremos esta amenaza de no hacerlo visible o invisiblemente, física o espiritualmente seremos intimidados a no hablar más de Jesús, ¡cierra tus oídos a tal orden y oye que te dice el Espíritu de Dios contigo!

Ellos vuelven a buscar a los suyos, allí donde pueden abrir sus corazones y orar con ellos, consultando con Dios, (Hechos 4: 24-31)

• ¡Si estas situaciones fueron vistas por Dios, seguramente Dios tendrá una respuesta!

Y así es, oran juntos con los hermanos y Dios envía su palabra rhema (el salmo 2) y ellos sabiamente la aplican al día que están viviendo, pidiendo denuedo para poder seguir adelante y que el Señor siga obrando al comando de la evangelización, con poder y milagros.

Es así que Dios responde y los llena de su Espíritu, concediéndoles denuedo para hablar de su palabra en el mismo momento en que estaban orando, como señal de cosas más grandes que verán.

Ahora, ¿qué hacemos nosotros cuando nos toca pasar por alguna situación que no nos agrada demasiado?

Podemos optar por echar la culpa a Dios por todo,  victimizándonos en esas situaciones. En Jueces 6:13 Gedeón se pregunta lo mismo, si Dios es tan grande, ¿por qué nos paso todo esto? ¡ Creyendo que en Dios solo tendremos milagros y bendiciones!

13a-Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?

 Pero también tenemos la desición en nosotros de  posicionarnos en nuestra condición de hijos suyos para orar, buscarlo, presentarnos y consultarle si esa situación en la que nos encontramos es para su gloria, y para nuestro crecimiento.

Tal vez una palabra rhema nos acompañe para ese día... Pedro y Juan se movían con el Señor y en el Señor, como resultado obtenían milagros, personas convertidas y daban siempre la gloria a Dios .

La estrategia del enemigo es tratar de acallarlos con amenazas y castigos.

Esta estrategia se repite constantemente hacia nosotros, los hijos de Dios por parte del enemigo. Cuando creemos que todo va bien, estamos sirviendo de corazón, hay frutos de conversiones, llegan las voces amenazantes, los hijos que se enferman, los problemas en la familia, persecuciones en el trabajo, la economía se debilita.

También dos son las maneras de poder continuar:

-Quedarse en el terreno al cual intenta llevarnos el enemigo, un terreno en el que se escucha más su voz amenazante y permanecer así en una vida mediocre, de frustración por no poder llegar a ser, lo que hubiéramos querido ser o...

-O sabiamente subir a la presencia de Dios, orar, buscar su palabra, sus indicaciones, la posición ideal, para que El con su Espíritu pueda llenarnos y que seamos catapultados por esos hechos, para alcanzar una posición mayor de fe y confianza en Dios.

El Salmo 2 cierra con una bienaventuranza que requiere una mayor confianza en Dios: “Bienaventurados aquellos que confían en El”.

Confiar en Él es poder refugiarse en Él (ante toda situación adversa), meterse a su Abrigo, recostarse sin temor a lo que pueda suceder, por que Él nos cuida.

• Si toda situación es conocida por el Señor, Él actuará y no se tardará.

Cuando no entiendas algunas situaciones, ésta debe ser la "vara para medir" que debes tomar: ¿En quién pones tu confianza, en quién te apoyas?

La voz amenazadora intentará llevarte para abajo cada día y robarte el gozo, diciéndote “no prediques más en ese Nombre, no te sirve para nada y emocionalmente vas a sufrir”, en cambio la voz del Señor continuará repitiéndote “Son benditos todos los que confían en mí”.

• Imitemos a los que andan en una vida de Oración, los que caminan por la Oración, los que actúan en Oración y veremos milagros cuando estemos fuera del lugar de Oración. 

Veremos milagros de Dios, en donde están los que no pueden entrar en la Casa de Dios, dónde están los que no oran, donde están los que no pueden tener un contacto íntimo con el Padre porque están ¡sin Jesús!

¡Sé rico en fe, sé útil en Dios, pide a Dios en Oración el Denuedo, y su Poder y verás a los mendigos salvarse en su Santo Nombre Jesús!!

Dios te bendiga!

P Sara Olguín